98. Buscando Escartin
Grandes casas de piedra semi-eternas en la montaña, bajeras abandonadas y restos sin muestra reciben en Bergua, flores y signos de paz desoyen y paran el tiempo de este espejo de belleza.
Las flores simulan la vida, las calles son de pasto, césped natural que crea la esfera bucólica que rodea a estas cuatro casas que envidiamos. Tranquilidad y tiempo de pensar, vacío, existencia y soledad.
Caminos de vida, animales molestos, animales bellos te acompañan en los pasos. Caminos de mariposas vuelven a surgir; musgo y sombras llegan a un pequeño mar turquesa.
Comienza la aventura vamos a buscar ese lugar perdido. Subes laderas, encuentras ríos, empiezas montañas. Las marcas te abandonan los caminos parecen no seguirte. Pero sigues buscando.
Sientes que las fuerzas te desamparan, que la montaña no te muestra lo que has venido a buscar. Las piedras roen tus zapatos, la vida no es fácil, las piedras rompen tus pasos.
En horas comprendes tu fragilidad, la fragilidad con la que el progreso toca y destoca a todos.
Llegas a donde se paró el tiempo. Donde no queda nadie, donde la nada crece y el hoy no busca al mañana.
Decisiones que marcan el futuro de los lugares, decisiones que cambian vidas y que paran relojes, cortan puertas y talan destinos.
Fotografías con copyright © Patricia G. Photos