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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Dormía Estambul

97. Dormía Estambul

"Le costó atardecer el tiempo estaba espeso. Yo desde las nubes podía ver el atardecer, podía imaginarme el infinito y recordaba tu ayer.

Las luces se apagaron muy despacio como un atardecer que no iba a caer. El sol pesaba, la luz aguantaba y la noche entró despacio y sumergió deprisa. Estrellas redondeadas y oscuridad absoluta; llegaba la hora de aterrizar. Cientos de islotes abarrotados de luz se distinguían entre un mar negro. La vida se abría camino en el destino.

Aterrizábamos en Estambul, un mar de luces nos engullía, puentes y movimiento en un enjambre de estrellas de tierra. Nunca me imaginé un atardecer tan mágico, una noche tan preciosa desde lo alto, desde tu recuerdo. Escribí otras palabras en un periódico desgastado y de otro lugar, las recogí sin mirar; no recuerdo si están o las deje al volar. Contaban esta historia, contaban esas luces maravillosas y el planear en esa ciudad que no se mostraba que sólo imantaba con su luz, dejaba sus calles a la imaginación y su puerto en el corazón.

Sonaban dos canciones, dos canciones que creí tatuar pero que los días me no me dejan perfilar. Después de todo dormía Estambul". 



copyright © Patricia G. Photos

lunes, 16 de junio de 2014

La libertad de las tres paredes

92.La libertad de las tres paredes

Supongo que todo empieza hace tiempo, cuando comienzas a nadar en contra, cuando huyes de las mismas formas, cuando luchas contracorriente.

Cuando tienes tu propia idea, tus propios gustos, nada fácil de seguir cuando te rodea la aceptación. Cuántas veces mis oídos habrán sangrado con las frases manidas y apestadas “toda la gente lo hace”, “es lo que hay que hacer”, “no seas diferente” supongo que no escucho los 40 principales no voy a conciertos del top aunque en lo consumista no haya podido derivar. 

No tengo los mismos gustos y qué suerte tengo de ser así, ahora a media edad algo de lo que me rodea me absorbe a hacer lo manido lo que todo hijo de vecino ve bien… el conformismo? No nazco, vivo y muero dejadme re inventarme.

Soy desasido libre para encerrarme entre tres paredes.



jueves, 9 de enero de 2014

Quizás quisiste decir: la vie à Paris


78. Un sueño de tres rostros


Ayer el arte humano de encontrar el sueño me llevó hasta Paris. Hasta las primeras horas en la ciudad, una ciudad que se nos enseño apagada, nada de esas luces prometidas. Con muchas más calles y distancias de las estudiadas, con códigos que memorizar y mapas que ver. Desde Drout callejeamos con la intención de llegar a Notre Dame, elección de turista novato. Calles oscuras, sin encanto, edificios majestuosos pero sin nata ni fresa, comercios medianos, objetivos nuevos sólo recuerdo una falda de novia… 

Pasos que nos llevaron a una entrada que con imaginación se convirtió en el Louvre, quizás era yo sigo creyendo que sí. Perdidos sin luz, miedosos, la cámara, la cartera dónde estamos... ciudad. Esa es la imagen que mi inconsciente había olvidado y que mi novio hacia unos meses me había recodado en una conversación de barra de bar.

A metros de esa muralla que para nosotros era el Louvre, a metros del río que nos iba  a guiar entre unos andamiajes estaba una madre joven, una chica de mediana edad maltratada por la vida con un niño o niña abrazado y un bebé cerca de su rostro. La verdad que nunca me imaginé ver esta imagen que más localicé con una película de guerra; sí una película una representación de una ficción que, aunque duela, puede ser verdad. Una  verdad a la que no reaccioné; sólo me llevaron dos ideas a mi cerebro acostumbrado a la vie en rouge: hacer una foto... no el flash les despertará - dinero… se asustarán... Un brazo me cogió y seguimos avanzado.

Todavía veo sus rostros hoy supongo que deformados por un retrato más escultórico y onírico que real. La pobreza y el drama ahí tirados en la calle mientras dos jóvenes ilusos buscan la sin importancia Notre que…


No sé porque volvieron esas imágenes a mi mente y no sé porqué ayer pero la verdad que me gustaría encontrarme de nuevo en ese lugar a esa hora y con ese cuadro real. Tengo el sueño de disparar la cámara de contar su historia de ponerle cara a este relato.. aunque ahora pienso que no necesito una imagen para ilustrar la pobreza, la denigración, la no esperanza… quizás sólo necesito verlos sonreír. 




Esa noche no me salieron más fotos, borrosas, con luces y flashes supongo que la realidad chocó con mis retinas. 

miércoles, 31 de julio de 2013

Canfranc



66.Un antes y un pequeño después 


Que Canfranc significa un pedacito de mi fotografía no es nada desconocido... desde mis inicios era y es una motivación constante, siempre me ha apenado el abandono y la desidia con la que unos se han desentendido de este impresionante edificio. 




Miles y cientos de historias, reencuentros, huidas, guerras y vidas que se dejaron al abandono. Desde hace unos meses, por lo menos, su hall y parte de su interior es visitable y aunque sólo nos podemos hacer una mísera idea de la belleza de estas paredes pude descubrir qué aguardaban esos muros






Otras letras para Canfranc 







Andenes y vías fuera de horario, trajín contenido y luces acristaladas traspasan ventanas sin cristal.







No existen objetos que aguarden ; pero las historias se retienen entre los escombros, mientras las grietas son las que mantienen en pie la vida de una estación..



Puertas que fueron abiertas por misterios, vidas cotidianas y viajes con y sin final. Las puertas esperan al tiempo, demasiado tiempo para volver a servir en su contienda.

El color y la vida se adueñan del olvido luchan contra los demonios que pintan sus guías y destrozan su supervivencia.




Hilos de lo que algún día fue, ella  sigue imponiendo, sigue siendo un alma viva; un centro de historias en el que tocar sus protagonistas. 


Yo volveré a pisar sus vías y darle un pellizco de mi vida. 























Fotografías con copyright © Patricia G. Photos


viernes, 5 de abril de 2013

Estás tu


54. Estás tu

El gua entretejía los pasos, las gotas salpicaban nuestro paseo. 


La luz nos cegaba mientras andábamos pero no detenía nuestro camino.

El enclave era perfecto, armónico, bello y nos sentíamos únicos.


Era nuestro momento.


Fotografías con copyright © Patricia G. Photos